domingo, 22 de diciembre de 2013

QUE TE AME SIN RIVAL TU LO SUPISTE......


Que te amé, sin rival, tú lo supiste
y lo sabe el Señor; nunca se liga
la errátil hiedra a la floresta amiga
como se unió tu ser a mi alma triste.


En mi memoria tu vivir persiste
con el dulce rumor de una cantiga,
y la nostalgia de tu amor mitiga
mi duelo, que al olvido se resiste.


Diáfano manantial que no se agota,
vives en mí, y a mi aridez austera
tu frescura se mezcla, gota a gota.


Tú fuiste a mi desierto la palmera,
a mi piélago amargo, la gaviota,
¡y sólo morirás cuando yo muera."






LA MADRE

La madre 27 de Mayo de 2006

 Estrella vigilante y silenciosa 
 que en el misterio de la noche oscura
 vierte la luz de una mirada pura
 sobre la cuna de color de rosa.

 Hada madrina que jamás reposa;
 voz que constante una oración murmura;
 mano dispuesta a bendecir, 
ternura siempre presente y siempre generosa.


 Relicario inmortal del sentimiento; 
 árbol que da la vida, el alimento;
 y la tibia frescura de su sombra.

 Inagotable fuente de cariño.
 Primer vocablo que pronuncia el niño
 y último ser que el moribundo nombra.


 Isabel Lleras Restrepo (Colombiana)
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viernes, 20 de diciembre de 2013

EL QUERER

Publicado el 18/05/2013 Poema El Querer de Manuel Machado En tu boca roja y fresca beso, y mi sed no se apaga, que en cada beso quisiera beber entera tu alma. Me he enamorado de ti y es enfermedad tan mala, que ni la muerte la cura, ¡bien lo saben los que aman! Loco me pongo si escucho el ruido de tu charla, y el contacto de tu mano me da la vida y me mata. Yo quisiera ser el aire que toda entera te abraza, yo quisiera ser la sangre que corre por tus entrañas. Son las líneas de tu cuerpo el modelo de mis ansias, el camino de mis besos y el imán de mis miradas. Siento al ceñir tu cintura una duda que me mata que quisiera en un abrazo todo tu cuerpo y tu alma. Estoy enfermo de ti, de curar no hay esperanza, que en la sed de este amor loco tu eres mi sed y mi agua. Maldita sea la hora en que contemplé tu cara, en que vi tus ojos negros y besé tus labios grana. Maldita sea la sed y maldita sea el agua, maldito sea el veneno que envenena y que no mata. En tu boca roja y fresca beso, y mi sed no se apaga, que en cada beso quisiera beber entera tu alma.

EL GRAN VACÍO DE LA MONOTONÍA





Ya quiero amar, ya quiero.
Cupido amar me manda,
y yo, ¡pobre insensato!
desoigo sus palabras.
Se irrita y toma el arco
con la dorada aljaba,
y me provoca, al punto
a singular batalla.
La acepto. Hecho un Aquiles
me ciño la coraza,
y audaz le desafió
con el escudo y la lanza.
Dispara, y hurto el cuerpo;
agótase su aljaba;
y entonces, como un dardo,
él mismo se dispara.
El pecho me atraviesa,
el corazón me clava,
y las fuerzas me roba
y la vida me arranca.
Vano es ya resistirse,
inútiles las armas.
¿A qué tirar afuera
si es dentro la batalla?

Anacreonte